Miedo, taquicardia, angustia, temblor…¿eso es sentir ansiedad?

La ansiedad es una respuesta adaptativa, emocional y fisiológica que experimentamos cuando percibimos una amenaza, ya sea real (un león) o imaginaria (posible vergüenza); es un respuesta que nos prepara para sobrevivir.
Aunque esta sea adaptativa, es decir, aunque nos ayude a prepararnos para sobrevivir, en situaciones de peligro, cuando se prolonga o se experimenta sin una amenaza concreta, puede evolucionar hacia trastornos de ansiedad más prolongados.
Podemos entenderla como una alarma de coche: útil si detecta un robo, pero problemática si suena cada vez que pasa una mosca.

Cuando nos referimos a síntomas característicos de la ansiedad pueden ser muy variados y específicos según cada persona, aún así encontramos algunos más característicos de tipo físicos como:
Aceleración del ritmo cardíaco, «el corazón me va a mil».
Respiración superficial, “como si faltara el aire”.
Tensión muscular, ”¡Hola, dolor de espalda!”
Sudoración o manos frías, «que escalofrío más malo».
También existen síntomas de tipo psicológicos:
Pensamientos catastróficos : ¿Y si todo sale mal?.
Miedo irracional o sensación de peligro inminente: ¿Y ese ruido?.
Preocupación excesiva: “ No puedo parar de pensarlo”.
Irritabilidad o inquietud: “No puedo quedarme quieto/a”.
Intervención psicológica en ansiedad
El trabajo terapéutico con la ansiedad es muy diverso y cada persona necesitara una intervención diferente. Es cierto que es muy importante entender y tener información veraz que me ayude a encajar que me está pasando. Además hay que intentar concretar dianas, patrones de conducta, roles, respuestas automáticas, cómo es nuestra gestión emocional…y a partir de ahí plantear decisiones, cambios o simplemente aceptación desde una perspectiva de entendimiento y seguridad.

Más allá del proceso psicoterapéutico hay ciertas estrategias que pueden ser de utilidad en momentos de crisis ansiosas como por ejemplo:
Terapia de frío: Sumergir las manos en agua fría durante unos segundos activa el reflejo de inmersión y reduce la activación del sistema nervioso simpático. También puedes realizar el ejercicio cogiendo dos hielos (cuidado de no quemarte con el frío) y dejar que se derritan en la mano ¿sientes que se derriten?¿Hay mucha agua?¿Hay uno que se derrita antes que el otro?
“Cambio de roles” Si te preocupa una situación, pregúntate: ¿Qué consejo le daría a un amigo en mi lugar? Este cambio de roles puede ayudar a ampliar la perspectiva acerca del pensamiento/situación que está generando malestar.
Escribe lo que te preocupa y tíralo: Escribe aquello que te pasa por la mente, porque te sientes así,cómo y dónde lo sientes, que se te pasa por la cabeza. Una vez que lo tengas escrito y deje de estar “dando vueltas y ocupando espacio en tu mente” arráncalo y deshazte de ello.
Dibuja sin expectativas: No importa si no eres artista. Dibuja líneas, formas o colores según tu estado de ánimo.
Recursos
Desde Centro Robles estamos muy comprometidos con poder ayudar y acercar el bienestar emocional y la salud a todas las personas que lo necesiten por eso en nuestro apartado de «Recursos», puedes encontrar diferentes materiales que pueden complementar o ayudarte a entender ciertas partes del proceso incluso antes de iniciar terapia.
Si quieres profundizar más te recomendamos el recurso «Hablemos de…Ansiedad» dónde profundizar en que es este síntoma y como podemos modularlo.
No te conformes con vivir así
Si has dudado o tenido miedo por enfrentarte a la ansiedad, es normal, desde Centro Robles te invitamos a dar el primer paso hoy mismo reservando cita o una llamada gratuita.
Visita nuestra página web o Instagram para obtener más información, o escríbenos tus preguntas.
Estaremos encantados de responder tus inquietudes y ayudarte a empezar tu camino hacia el bienestar.